Issabela Camil nos recibió en su casa, el lugar más íntimo que una persona puede tener, para que además nos dejara presenciar y conocer la hermosa relación que tiene con Antonia y Victoria.
Entre sus libros de moda, las obras de arte y muchas flores; Issabela ayudó a proponer los espacios para la realización de la sesión de fotos con sus hijas, donde nos compartieron la profundidad y conexión que tienen.
Cuando me dijeron que iba a ser mamá sentí mucha felicidad y a la vez miedo por ser un cambio total de vida y una responsabilidad muy grande. También es inexplicable cuando por fin tienes a tus hijos en los brazos, los conoces y les checas las manitas
Antonia y Victoria, sus grandes maestras
La profunda e íntima conexión emocional entre Issabela y sus hijas trasciende las palabras; ella cuenta que tanto Antonia como Victoria han sido sus maestras, se refirió a ellas como dos amigas que en ocasiones la confrontan a ver partes de sí misma que le cuestan.
También son mi alma. Me conocen tan bien que al verme saben si algo pasó, así que esa historia que tenemos tejiendo juntas es lo más importante y valioso para mí.
La actriz cuenta que es de la idea de criar a los hijos para que en el futuro no necesiten a sus papás, aunque pueda sonar frío, y claro que esto puede ir en contra de los deseos internos maternales de querer que tus hijas te necesiten, pero por el profundo amor que les tiene, y aunque duela, necesitan crecer autónomas, independientes y fuertes.
Sus hijas son un reflejo de ella misma
Una de las mujeres más fashionistas de México seguro que le heredaría su buen gusto a sus hijas. Antonia es la más fashionista y dinámica, por su lado, Victoria va por muy buen camino en esta bella búsqueda de su propio estilo.
De mi mamá heredé el sentido de la moda... y mi cara, y con eso estoy rayada. Ella es mi mayor ejemplo a seguir, la amo con todo mi corazón y estoy sumamente agradecida con la vida porque me puso como su hija y por todo ese amor que tiene para dar
La maternidad que va de generación en generación
Issabela nos contó que su gran ejemplo de vida es su propia madre, con quien tiene una muy buena relación y de quien ha aprendido muchas cosas, conocimientos que siempre ha tratado de transmitir a Victoria y Antonia.
Soy algo barco, pero más bien una mamá que no quiere que sus hijos le tengan miedo, sino que tengan esa apertura y ganas de venir a contarme todo, sabiendo que no las voy a juzgar. Considero que eso es uno de mis rasgos fuertes como madre.
Su relación entre madre e hijas, tiene como cimiento el amor por sobre todas las cosas, es algo que las tres tienen muy presente.
Y con humor nos contaron que sí comparten algunas prendas de ropa, Antonia dice que se “trafican” de clóset a clóset, a veces a escondidas. Concluyó entre risas diciendo lo siguiente.
Si mi mamá busca algo, va al mío y ahí seguro lo encuentra, lástima que ya no puedo usar sus zapatos porque ya no me quedan. Mi hermana ya me quita cosas, pocas, porque está chiquita, pero cuando crezca seguro lo hará más y eso será una guerra de tres.