Si creciste viendo “Las Crónicas de Narnia”, seguramente recuerdas a Edmund Pevensie, uno de los personajes más complejos y memorables de la saga. Lo que quizá no sabías es que Skandar Keynes, el actor que le dio vida, tomó una decisión que sorprendió a toda una generación: abandonó el cine definitivamente tras Narnia y nunca volvió a actuar en otra película.
De estrella infantil a fenómeno global
Nacido en Londres en 1991, Skandar Keynes comenzó su carrera artística de forma casi casual. Tras pequeñas apariciones en televisión y cine, llegó el papel que cambiaría su vida: Edmund Pevensie en “Las Crónicas de Narnia”.
Más de 2,500 jóvenes audicionaron para el personaje, pero los directores encontraron en él exactamente lo que buscaban: un humor seco, madurez inusual para su edad y una gran presencia en pantalla.
La primera película fue un éxito rotundo, recaudando cerca de 800 millones de dólares en taquilla y posicionándose como la posible sucesora de Harry Potter. El elenco se volvió enormemente popular y Skandar recibió múltiples reconocimientos, destacando además por realizar él mismo muchas escenas de acción sin doble.
El inesperado final de su carrera actoral
En 2010 se estrenó la tercera y última entrega cinematográfica de la saga. Aunque existían siete libros, el proyecto cinematográfico no continuó como se esperaba. Con apenas 19 años, Skandar sorprendió al anunciar que la actuación ya no lo llenaba y que había decidido alejarse del cine.
Lejos de Hollywood, ingresó a la Universidad de Cambridge, donde estudió Árabe e Historia de Oriente Medio. Se graduó en 2014 como el mejor de su generación, confirmando que su talento iba mucho más allá de los reflectores.
De Narnia al Parlamento
En 2015 dio otro giro inesperado. Comenzó a trabajar como asesor político en el Parlamento del Reino Unido. Un año más tarde, en 2016, anunció oficialmente su retiro definitivo como actor.
Además de que, Skandar Keynes es tatara nieto del renombrado científico Charles Darwin, lo que explicaría en parte su afinidad por el mundo académico y el pensamiento político.
Aunque su vida dio un giro radical, miembros del elenco han confirmado que mantienen contacto y se reúnen ocasionalmente, demostrando que el vínculo creado en Narnia trascendió la pantalla.
La historia de Skandar Keynes rompe con el típico relato de estrellas infantiles. En lugar de perseguir más fama, eligió la educación, el servicio público y una vida alejada del espectáculo, convirtiéndose en uno de los casos más singulares del cine juvenil de los años 2000.