En los años 80, Matthew Broderick era una de las estrellas adolescentes más populares de su generación. Durante un rodaje inició un romance secreto con la actriz Jennifer Grey, conocida más tarde por Dirty Dancing. Para evitar a la prensa, decidieron viajar a un lugar remoto en Irlanda del Norte.
Lo que debía ser una escapada romántica terminó en tragedia
En un día de lluvia intensa, Matthew olvidó que en Irlanda se conduce por el lado contrario y chocó de frente contra otro coche. El accidente cobró la vida de Margaret Doherty, de 63 años, y su hija, Anna Gallagher, de 28.
Aunque Jennifer resultó ilesa, Matthew sufrió múltiples fracturas y una conmoción cerebral. El caso se volvió mediático y polémico, pues, pese a enfrentar hasta 10 años de prisión, la condena se redujo a una multa de solo 175 dólares, algo que indignó a la familia de las víctimas.
Rupturas, teatro y nuevos comienzos
El accidente dejó profundas secuelas emocionales y la relación de Matthew y Jennifer terminó. Mientras ella se convertía en estrella, él decidió centrarse en el teatro en Broadway. Fue en ese entorno donde conoció a Timothy Parker, hermano de Sarah Jessica Parker.
En ese momento, Sarah era reconocida por su noviazgo con Robert Downey Jr., una relación marcada por el amor, pero también por las adicciones de él y el acoso de la prensa. Tras ponerle un ultimátum, Sarah optó por terminar y enfocarse en su vida personal.
Matthew tardó un año en invitarla a salir, pero tras su primera cita, nunca se separaron.
30 años de un amor discreto
Ambos habían vivido el peso del escrutinio mediático, por lo que decidieron mantener su relación alejada de la prensa. Mientras Sarah ha cultivado su imagen como actriz y referente de moda, Matthew ha continuado su labor como productor teatral.
Con 30 años de matrimonio, tres hijos y una vida en Nueva York alejada del ruido de Hollywood, Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick han demostrado que la discreción y la complicidad son la base de una relación duradera.