La semana pasada en Milán, uno de los debuts más esperados de todo el mes de la moda tuvo lugar: Louise Trotter para Bottega Veneta. La única mujer al frente de la dirección creativa, con antecedentes en Lacoste y Carven, nos mostró la esencia de lo que representa la marca: su artesanía italiana y una atención al detalle minuciosa. La colección propone looks relajados que mantienen el icónico intrecciato de la firma, pero también nos invita a explorar una teoría donde las texturas cobran protagonismo.
Entre los looks más impactantes de la colección se encuentran faldas y chaquetas que a simple vista parecen estar hechas de finos hilos, pero en realidad, están confeccionadas con fibra de vidrio reciclada. La colección tiene un aire fluido, una perfecta conexión entre prendas estructuradas que, al mismo tiempo, mantienen una suavidad única. Los accesorios, otra de las razones por las que Bottega Veneta es tan reconocida, no decepcionaron. Trotter presentó nuevos modelos y texturas del emblemático intrecciato, nunca antes vistos, para la temporada primavera-verano 2026.
Los invitados al desfile recibieron una invitación muy especial: un pedazo de tela cortada que, al estirarse, se transformaba en una bolsa de mercado, un guiño a la practicidad y creatividad de la marca. Entre las celebridades que asistieron al evento se encontraban la embajadora de la marca, Julianne Moore, Michelle Yeoh, Fai Khadra y Louisa Jacobson, entre otros.
Este debut de Louise Trotter ha sido uno de los más contundentes, y muchos coinciden en que Bottega Veneta está en excelentes manos. Y, sin lugar a dudas, estoy de acuerdo.