FOTOS DANIEL CARRERA • STYLIST NESS DE LUNA
Platica don Víctor González Torres que después de pasar por una depresión muy fuerte, se dio cuenta que una de las maneras más sencillas de salir adelante es ayudar. Actualmente, esa es su filosofía de vida.
“Ayudar es mi medicina actual”, nos contesta cuando le preguntamos sobre su compromiso al crear una empresa socialmente responsable y que diariamente ayuda a millones de mexicanos. “Apoyar es un buen negocio, tanto en lo social como en lo moral y económico. Socialmente te respetan, y moralmente, te sientes bien, además, a las empresas que ayudan la gente les compra más”, dice.
Así nació Grupo Por un País Mejor (GPUPM), un conjunto de empresas e instituciones cuya misión es crear una nación justa para todos, con organismos sociales como el SIMISAE, un centro de salud emocional; la Fundación Best, que ofrece consultas médicas; Fundación Niños de Eugenia, cuya finalidad es la de acoger a niñas y niños en situaciones vulnerables o de riesgo, o Fundación del Dr. Simi y Fundación SíMiPlaneta, un movimiento social y ambientalista que impulsa acciones que ayuden a la naturaleza.
Todo empezó (y continúa) en familia
En su legado se encuentra la primera farmacia estilo botica en México, ubicada en Tampico, Tamaulipas, que era del tatarabuelo de Víctor González Herrera, quien la abrió al público en 1875 para vender de todo... hasta armas de fuego.
Ya en tiempos más recientes, pero antes de que Víctor hijo naciera, la familia González Herrera contaba con tres hijas: Jessica, Clara y Eugenia, pero cuando el cuarto hijo llegó, y fue un hombre, fue todo un suceso. “Me emocioné tanto que hice un regalo de $50,000 a cada empleado,que en esa época era mucho dinero”.
Luego llegó Lorena, la más pequeña de la familia. En este sentido, don Víctor nos confesó que durante algún tiempo de su vida fue algo machista y un hombre muy tradicional; sin embargo, hoy se considera feminista.
Pero es la honestidad, según Víctor hijo, la mayor enseñanza que su padre le ha dado a lo largo de su vida, además del propósito de ser feliz. “Te hace sentirte lleno. Si no tienes un objetivo, como que no hace sentido nada. Heredé eso, lo de ayudar a la sociedad y hoy también al planeta. Siempre digo que una empresa es un capitalismo ecosocial, un capitalismo que transforma sociedades”.
Hoy por hoy, la imagen del “Doctor Simi”, símbolo de las farmacias y la familia González Torres, se ha popularizado al máximo, incluso a nivel internacional. Pero más allá de los muñecos hoy coleccionados como trofeos por los artistas más cotizados, hay una gran historia detrás de este negocio farmacéutico.
Ayudar y ayudarse
En 1997, Víctor padre conoció el poder curativo de lo que él llama “la medicina de ayudar”. Al venir de una familia que se dedicaba al sector farmacéutico, supo que la mayoría de los medicamentos en el mercado se vendían a precios muy altos.
“Así nace Farmacias Similares, porque antes se vendían los medicamentos genéricos al sector público, al IMSS y al ISSSTE, es decir, el medicamento genérico no lo encontrábamos en farmacias privadas.
“Todo surge de una anécdota”, interviene Víctor hijo, refiriéndose a su padre. “Estaba en Acapulco y se enfermó de tos, y cuando fue a comprar el medicamento, se da cuenta que el precio era altísimo. Así que habla al laboratorio y averigua el costo de producción, ahí es cuando se da cuenta de lo mucho que estaban ganando”. Para cuando la historia sucedió, ya existía Fundación Best.
Gracias a esto, González Torres comienza su labor filantrópica. “La idea fue realmente ayudar a la gente. Se dio cuenta que 90% de las personas no tenían el poder económico para comprar ciertos medicamentos. Para la mayoría era una decisión entre si comprar fármacos para su hijo o darle de comer. Farmacias Similares nace de la inquietud de resolver ese problema, de la mano del Doctor Simi”.
Para González Torres lo más importante era lograr un equilibrio entre tener un negocio rentable y ayudar. Hoy, a sus 79 años, su misión es dar el ejemplo de ayuda para transformar a la sociedad.
Hoy día asegura que uno de los secretos para poder tener una vida plena, es estar del lado de la verdad. “Siempre digo la verdad, yo casi nunca miento. Para mí la verdad te hace libre”.
Siguiendo su propio consejo, asegura que siempre ha llevado su negocio correctamente, sin trampas y sin mentiras, a través de exámenes de calidad internos para evaluar cada uno de sus medicamentos. Señala que no por ser un medicamento de menor costo, es de menor calidad, y que de ahí surge su famosa frase: “Lo mismo, pero más barato”.
Hoy, a 28 años de haber dado acceso a medicamentos a miles de mexicanos, se consolidan como la cadena de fármacos más importante de América. “Al principio la gente se burlaba de mí, porque iba a vender algo barato y no ganar tanto, pero hoy esa gente es nuestra aliada, nuestra amiga. En la vida lo bueno siempre acaba bien”.
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