El Reino Unido despide a Katharine, Duquesa de Kent, quien falleció el 4 de septiembre de 2025 en el Palacio de Kensington a los 92 años. Nacida como Katharine Lucy Mary Worsley en 1933, se unió a la familia real británica en 1961 al casarse con el Príncipe Eduardo, Duque de Kent. A lo largo de su vida fue reconocida no solo por su posición, sino por la calidez, sencillez y dedicación con las que marcó su camino.
Una duquesa diferente
Katharine fue admirada por su gracia, bondad y fortaleza silenciosa, cualidades que le ganaron el cariño del público británico y respeto dentro de la familia real. A diferencia de otros miembros de la realeza, siempre buscó un perfil más humano y cercano, destacando por su labor social y educativa.
Amor por la música y la enseñanza
Uno de los aspectos más recordados de la Duquesa de Kent fue su profundo amor por la música. Tras retirarse de sus deberes oficiales, se dedicó a enseñar bajo el nombre de “Mrs. Kent”, transmitiendo su pasión a jóvenes estudiantes. Además, fundó la organización benéfica Future Talent, con el objetivo de apoyar a músicos en formación provenientes de entornos desfavorecidos.
Una fe que rompió tradiciones
En 1994, Katharine sorprendió al mundo al convertirse al catolicismo, siendo el primer miembro senior de la familia real británica en hacerlo desde el siglo XVIII. Una decisión que reflejó su convicción personal e independencia de espíritu, valores que marcaron su vida pública y privada.
Cercanía con Diana
La Duquesa de Kent fue vista en múltiples ocasiones junto a la Princesa Diana, con quien compartió momentos significativos dentro de la vida pública de la monarquía. Una de las imágenes más recordadas fue en el Wimbledon Lawn Tennis Championship de 1994, donde ambas irradiaban complicidad y elegancia. Estos gestos la consolidaron como una figura cálida dentro de la realeza, cercana incluso a la princesa más querida del pueblo británico.
Katharine será recordada como una mujer compasiva, humilde y comprometida con las artes y la educación. Su historia inspira a ver la realeza desde otra perspectiva, más humana y con un propósito de servicio genuino.