Las playas de Holbox son ideales para disfrutar en familia; este destino es un ejemplo de turismo sustentable. Sus playas son tranquilas y poco profundas. Por la noche, la bioluminiscencia en sus aguas ofrece un espectáculo mágico.
Holbox es una verdadera joya para disfrutar del Caribe Mexicano, ya que se ha mantenido alejada del turismo masivo. No tiene calles pavimentadas ni tráfico convencional. Sus habitantes se trasladan día a día a pie, en bicicleta o en carritos de golf.
De junio a septiembre, el majestuoso tiburón ballena llega a estas aguas para alimentarse de plancton. Esta es una oportunidad única para quienes deseen nadar junto al pez más grande del océano, que es completamente inofensivo.
Dentro de sus atracciones además de sus playas se encuentra su gastronomía, con platillos como el pescado Tikin Xic y la famosa pizza de langosta, al igual que las marquesitas y bebidas frescas, que representan una exquisita comida local.
Al formar parte de una reserva natural protegida, Holbox promueve el ecoturismo con hoteles ecológicos, recorridos sin motores contaminantes, además de contar con las playas más limpias de México, ofreciendo tranquilidad para su disfrute.
Entre julio y agosto, Holbox ha registrado niveles elevados de visitantes y ocupación hotelera del 90% por el tiburón ballena, durante fines de semana.
Sin embargo, según Tropadvisor, la isla entra en temporada super alta durante el mes de diciembre por las celebraciones de Navidad y Año nuevo.