El 15 de agosto, en el marco del Día Nacional del Cine Mexicano, celebramos a una actriz que ha marcado un antes y un después en la taquilla nacional. Cassandra Sánchez Navarro no solo heredó una dinastía artística, también ha forjado su propio camino con talento, carisma y una conexión única con el público.
En lo que va de la década, solo siete películas mexicanas han superado los 100 millones de pesos en taquilla… y ella protagoniza dos de ellas: Cindy la Regia y Mesa de Regalos. Un logro que no solo habla de cifras, sino de historias que tocan fibras y de una intérprete que ha sabido conquistar corazones dentro y fuera de la pantalla.
En exclusiva para CARAS, la actriz comparte cómo vive este momento de su trayectoria.
Tener dos películas en el top de las más taquilleras del cine mexicano no es casualidad. ¿Qué significa para ti este reconocimiento como actriz y como mujer mexicana en la industria?
Recuerdo perfectamente el momento en que decidí que quería ser actriz, cuando supe que esto era lo que quería hacer con mi vida. Hoy, mirar hacia atrás y ver lo lejos que he llegado es algo que honra el apellido que me tocó y me llena de felicidad y orgullo.
“Cindy la Regia” y “Mesa de Regalos” son historias muy distintas, pero ambas conectaron con millones de personas. ¿Cuál dirías que es el secreto para lograr esa conexión tan masiva con el público?
Para Cassandra, Cindy la Regia y Mesa de Regalos son claros ejemplos de historias que no solo hacen reír, sino que también conmueven y conectan con emociones profundas.
Son escenas y emociones que tocan fibras profundas, y creo que esa capacidad de conmover y reconfortar es lo que hace que estas películas sobresalgan y conecten con tantas personas.
¿Cómo ha sido para ti abrirte camino en un medio que históricamente ha tenido más protagonismo masculino, y hacerlo con historias que ponen a la mujer en el centro?
Abrirme camino en este medio no es algo que sienta como un logro individual, porque antes de mí han existido muchas mujeres que, con su esfuerzo y lucha, hicieron posible que hoy yo pueda disfrutar de esta libertad en mi profesión y en mi expresión artística.
Con cada personaje, Cassandra no solo consolida su lugar en el cine, sino que abre nuevas puertas para que las niñas que sueñan con ser actrices crezcan sabiendo que sus historias merecen ser contadas, y que ellas mismas pueden ser las protagonistas de su propio guion.