Durante el desfile de trajes típicos, cada una de las participantes del certamen hizo homenaje a sus culturas con vistosos trajes. En esta ocasión, uno de los trajes que más llamó la atención fue el de Miss Universe Noruega, quien apareció en el escenario como un gran salmón.
La delegación de Miss Noruega optó por rendir tributo al símbolo económico y ambiental clave en su país: el salmón noruego, demostrando el orgullo de sus raíces, la relevancia económica del salmón noruego en el comercio internacional y la importancia de cuidar el ecosistema bajo el que se da la crianza del salmón.
El atuendo que lució Leonora consistía en una especie de abrigo que simulaba la forma y el color de un salmón. Al abrigarse, dejaba a la vista el tono naranja, característico de ese pescado. Además, Leonora llevaba debajo del “abrigo” un enterizo transparente con flequillos que simulaban las espinas del salmón, y para completar el atuendo, la participante llevó en la cabeza un sombrero que parecía la cabeza de un salmón, además de unas botas a juego que parecían la cola.
Aunque para algunos espectadores el diseño parecía un disfraz, el concepto tenía raíces profundas. El salmón no solo es un recurso económico clave para Noruega, también constituye una tradición que ha marcado a comunidades pesqueras por generaciones. De acuerdo con el equipo de Leonora, la candidata quiso “contar una historia, no solo lucir espectacular”.
Con apenas 19 años, Leonora se ha convertido en una de las participantes más comentadas del certamen. La joven modelo ha logrado posicionarse como una candidata disciplinada y con una fuerte carga de propósito social. Es activista por la sostenibilidad y promotora de la moda consciente.