Australia es un país que sorprende con sus paisajes pero también con sus actividades. En un mismo viaje puedes pasar de un paraíso de aguas turquesa a un desierto de esculturas naturales y terminar contemplando uno de los skylines más icónicos del mundo.
Estos son tres destinos que representan lo salvaje, lo surrealista y lo urbano de este fascinante continente.
Whitehaven Beach
Ubicada en las islas Whitsundays, frente a la Gran Barrera de Coral, Whitehaven Beach es una de las playas más espectaculares del planeta. Su arena blanca, compuesta en un 98% de sílice, es tan fina que parece polvo de cristal, mientras que el mar despliega una gama de azules turquesa que hipnotizan a cualquiera. Aquí lo salvaje convive con la calma, ofreciendo un rincón casi virgen donde la naturaleza dicta el ritmo de cada instante.
The Pinnacles Desert
En el Parque Nacional Nambung, en Australia Occidental, se levanta el Desierto de Pinnacles, un paisaje que parece sacado de otro planeta. Miles de columnas de piedra caliza emergen de la arena dorada, formando un bosque pétreo moldeado durante millones de años por el viento y el tiempo. Al amanecer y al atardecer, las sombras alargadas y el contraste de colores crean un espectáculo visual que hace de este lugar uno de los escenarios más surrealistas de Australia.
Sídney y el Harbour Bridge
Con su imponente bahía, su icónica Ópera y el majestuoso Harbour Bridge, Sídney es el rostro moderno de Australia. Esta ciudad vibra con energía cosmopolita, ofreciendo desde playas urbanas como Bondi Beach hasta experiencias culturales y gastronómicas de primer nivel. Subir al Harbour Bridge en el famoso BridgeClimb permite apreciar la magnitud de la metrópolis y disfrutar de una de las vistas más memorables del mundo.
Australia reúne en un solo territorio la fuerza salvaje de sus playas, la belleza surrealista de sus desiertos y la vitalidad urbana de sus ciudades.