Roma no se recorre en un día, ni en una semana. La Ciudad Eterna guarda siglos de historia, arte y cultura en cada rincón. Pero si es tu primera vez y solo cuentas con tres días, no te preocupes: con un itinerario bien organizado podrás descubrir sus joyas más emblemáticas, desde el Coliseo hasta el Vaticano, sin dejar de lado la magia de sus plazas y barrios. Aquí te compartimos la ruta ideal para aprovechar al máximo tu visita.
Día 1: Roma Imperial y el corazón histórico
Comienza tu viaje en el Coliseo, el anfiteatro más famoso del mundo, donde aún resuenan las historias de gladiadores. Recorre el Foro Romano y el Palatino, escenarios clave del Imperio.
Por la tarde, acércate a la Piazza Venezia y sube al Altar de la Patria para disfrutar de vistas únicas. Finaliza el día en la Fontana di Trevi: lanza una moneda y asegura tu regreso a Roma.
Día 2: El Vaticano y la Roma Barroca
Dedica este día a la espiritualidad y al arte. Inicia en la Plaza de San Pedro y entra en la Basílica, donde la cúpula de Miguel Ángel te dejará sin aliento. No te pierdas los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina, con los frescos más famosos del Renacimiento.
Al caer la tarde, recorre la Piazza Navona, admira sus fuentes barrocas y visita el Panteón de Agripa, una joya arquitectónica que sigue fascinando.
Día 3: Plazas, miradores y gastronomía
En tu último día, visita la Plaza de España y sube por su icónica escalinata. Luego, explora el Trastevere, barrio bohemio lleno de trattorias y calles pintorescas.
Cierra el viaje en la colina del Gianicolo, uno de los mejores miradores de Roma, ideal para despedirse de la ciudad con una panorámica inolvidable.
Tres días bastan para enamorarse de Roma. Este itinerario combina historia, arte, gastronomía y experiencias locales para que tu primera visita sea inolvidable. La Ciudad Eterna no se olvida: cada plaza, cada monumento y cada callejuela te invitan a volver una y otra vez.