La vida de Vincent van Gogh estuvo marcada por la intensidad creativa y la tragedia. Durante décadas, críticos e historiadores han intentado descifrar qué ocurrió en sus últimas jornadas en Auvers-sur-Oise, Francia, donde murió el 29 de julio de 1890 tras recibir un disparo.
Ahora, un hallazgo reciente aporta nuevas pistas: el investigador Wouter van der Veen identificó la ubicación precisa donde el pintor realizó su última obra, Raíces de árbol. Esta revelación permite comprender con mayor claridad cómo transcurrió su último día de trabajo.
Su último día
Lejos de representar un paisaje convencional, la obra muestra un entramado de raíces y troncos entrelazados, pintados con la fuerza y el trazo característicos de Van Gogh. Según los expertos, la pieza refleja tanto la vitalidad como la lucha interior del artista en sus últimas horas.
El hallazgo confirma que Van Gogh pasó la jornada completa del 27 de julio de 1890 concentrado en esta pintura, antes de regresar a la posada donde se hospedaba con una herida mortal. Falleció dos días más tarde, dejando tras de sí un legado artístico que cambiaría la historia del arte moderno.
Con más de 2,000 obras realizadas en apenas una década de carrera, Van Gogh se convirtió en uno de los artistas más influyentes de todos los tiempos.
El descubrimiento de dónde pintó Raíces de árbol no solo añade un capítulo clave a su biografía, sino que también recuerda que incluso en sus momentos más oscuros, el artista buscó la luz a través del color y la naturaleza.