Interpretar a Vecna no fue solo un reto actoral, para Jamie Campbell Bower significó entregarse por completo a un proceso físico y psicológico que lo llevó al límite. Su compromiso convirtió al personaje en uno de los antagonistas más icónicos de la televisión, pero también dejó consecuencias que el actor aún procesa.
Jornadas de maquillaje extenuantes
El aterrador aspecto de Vecna no se logró con efectos digitales, sino con una prótesis compuesta por 18 piezas de látex. Cada jornada implicaba ocho horas de maquillaje, por lo que Jamie debía presentarse a las 3 a.m. para comenzar la transformación.
Era una prueba de resistencia diaria, casi un maratón antes de empezar a grabar. Aun así, el equipo de maquillaje confirmó que el actor jamás se quejó, pese al cansancio extremo.
Aislamiento total
Para construir la psicología de Henry Creel, Jamie eligió sumergirse por completo en la oscuridad del personaje. Durante días, evitaba hablar con cualquier persona del elenco, creando un aislamiento que le permitiera sostener la energía emocional necesaria.
Utilizaba una técnica de meditación oscura, escuchando sonidos de baja frecuencia, recitando mantras del personaje y pegando fotos de las víctimas en su pared para mantenerse en ese estado mental denso y perturbador.
La transformación vocal
Como músico, quiso crear él mismo la voz profunda y amenazante de Vecna. Le tomó meses encontrar el tono adecuado y mantener esa voz grave durante horas fue un esfuerzo físico constante. El desgaste vocal y emocional fue tan fuerte que, al terminar la temporada, el actor buscó terapia profesional para recuperarse.
La exigencia del papel para Jamie Campbell Bower, llevó su cuerpo y mente al límite para dar vida a Vecna. Los sacrificios físicos, vocales y emocionales que hizo revelan la magnitud de su entrega y explican por qué el personaje dejó una marca tan profunda en él.